dilluns, 3 de març del 2008

Basta ya, Israel

Asistimos impasibles a la enésima represalia del ejército israelí contra la población de Gaza. No cabe la menor duda de que Hamas es una organización terrorista. Puede que el dictador Chávez no lo crea, pero cualquier demócrata sí. También sé, no hace falta que me lo recuerde mi admirada Pilar Rahola, que milicianos palestinos lanzan desde la franja proyectiles a territorio israelí. Pero existe una enorme desproporción entre la provocación palestina y la respuesta bélica israelí.
Soy un gran admirador del Estado de Israel, por lo que supone de victoria de un pueblo contra la barbarie y porque es la única democracia en el torbellino autocrático de Oriente Medio. Pero, en este caso, actúa con patente de corso. No es de recibo castigar a la población civil y al tiempo negociar una paz imposible con el presidente Abas. De la humillación de los palestinos sólo conseguirán que salgan más extremistas dispuestos a autoinmolarse en nombre de Alá.
Urge un giro radical a la geo-política en esa conflictiva parte del mundo. Es hora de una paz de los valientes. Quizás por fin la ONU debiera perder su candidez y asumir el protagonismo de una solución definitiva a un conflicto del que hay salida. Esperemos que el próximo presidente de los Estados Unidos, demócrata espero, tenga la determinacion suficiente como para imponer la paz. ¿Y mientras tanto, qué hace Occidente? Como siempre, nada. Lamentarse del auge del islamismo radical en muchos países musulmanes. ¿Dejaremos también que nos estalle en las narices el polvorín del Líbano?