Me gustó mucho leer en La Vanguardia que una asociación taurina había dado un premio al alcalde de Manlleu, de ERC, por su tolerancia hacia la fiesta. No es habitual esta actitud en las filas republicanas. Más bien se distinguen por su desprecio hacia ese fenómeno. Piensan y dicen que todos los aficionados catalanes a los toros fumamos habanos, somos políticamente conservadores y nos tapamos al acostarnos con la bandera española. Pues no señores. Yo soy catalanista,de izquierdas, no fumo y me gustan los toros. Supongo que el señor Portabella respetará mi opinión. Porque su fundamentalismo animalista tiene tufo de antiespañolismo gratuito. Me gustaría conocer la opinión de la secciones locales de ERC de Deltebre o l'Ampolla al respecto. Los catalanes, que tanto luchamos y hemos luchado por mantener nuestra identidad nacional, no podemos renunciar a ninguna de sus expresiones. Porque el arte del toreo es una manifestación cultural y artística de honda raigambre en nuestro país.
¿Qué hay una parte de sinrazón en matar a un animal? Es posible, pero, como decían en una famosa película, "nadie es perfecto".
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