Los trenes regionales también son importantes

Por motivos profesionales he sido viajero del tren de Renfe que va de Barcelona a Tortosa. Dos horas y media largas hasta llegar a destino. La verdad es que en algún momento pensé que viajaba en un ferrocarril de la Índia, dado que la velocidad que llevábamos debía ser similar y que alguna bella postal del trayecto me evocaba el verde luminoso del subcontinente indio. Por lo que me consta, un viaje en tren, por ejemplo, a Figueres supone también una excursión de larga duración. Se habla mucho de las cercanías y de la alta velocidad, pero es necesario apostar también por los trenes regionales si queremos un país bien tramado y comunicado. Y más cuando los precios de los pisos “expulsan” a muchos jóvenes del área metropolitana de Barcelona hacia ciudades de la segunda corona pero siguen conservando su trabajo en la metrópoli.
Me consta que el Govern de la Generalitat tiene planes al respecto y espero que se aceleren. Esta inversión necesaria en media distancia, no ha de ir en detrimento de las cercanías.

Elogio de Sylvinho

Me parece normal que el F.C. Barcelona haya decidido no renovar a Sylvinho. Aunque a mi, personalmente, me hubiera gustado su continuidad en la plantilla por lo menos una temporada más. Quizás ya no estaba al nivel de aquel lateral izquierdo que llegó a jugar en la selección brasileña, pero este año ha demostrado con creces su enorme profesionalidad, poco habitual, por desgracia, en muchos jugadores de su país.

Con la guinda de su buena actuación en la final de la Champions el ex del Arsenal y del Celta ha estado una vez más siempre a punto cuando se le ha necesitado. Y sigo pensando, que existe como un cierto rechazo en Can Barça a los jugadores de más de treinta años. Espero que no pase con Puyol o Henry.

Porque me supo muy mal que Guardiola dejara el Barça a una edad tan temprana. Me hubiera gustado que hubiera tenido la misma trayectoria que, por ejemplo, Maldini. Por ello me pregunto si no hubiera sido mejor y más barato la continuidad de Sylvinho. Quizás se esté todavía a tiempo.

Catalunya-València

Ja anava sent hora de que el País Valencià i Catalunya tinguessin unes relacions polítiques normalitzades com sembla que es dona ara. Són molts els interessos en comú però massa llarga la llista d’antics greuges entre els dos territoris. Els anomenats blavers, d’una banda, i els defensors dels Països Catalans com a nou estat d’Europa, de l’altre banda, porten molts anys de batussa pública. I no és aquest el debat.
Entenc també, tot i que no ho veig així, les reticències històriques de molts valencians cap al veí del nord. Perquè tot i ser el més destacat, la llengua comuna no és l’únic element que uneix valencians i catalans. La vertebració d’un espai econòmic natural que vagi des de Tolosa fins a Alacant és un assumpte clau per al desenvolupament econòmic d’aquesta regió natural. Una obra que contribuiria notablement a la millor connexió entre Barcelona i València seria el tren de gran velocitat entre ambdues ciutats. Com diu el refrany castellà, “obras son amores..”. Per tant espero, que aquets nou eix ferroviari sigui de veritat una prioritat pel govern d’Espanya.

Los abrazos rotos

Parece mentira que con tanto talento cinematográfico la cuota de pantalla de las producciones españolas sean tan exigua. En Francia, que no tiene un cine desde el punto de vista artístico superior al que se hace en España, cerca de la mitad de las películas exhibidas son de producción propia. La última película de Pedro Almodóvar, “Los abrazos rotos”, me parece un filme excelente, por ejemplo. No será quizás una obra mayor del realizador manchego pero es muy superior a la gran mayoría de las películas norteamericanas que fin de semana sí, fin de semana también copan las salas españolas.
Dicen algunos a modo de justificación que el cine europeo en general es aburrido y que no despierta el interés del gran público. Lo cierto es que en una ciudad tan bien dotada de infraestructuras culturales como es Barcelona es difícil la continuidad en cartelera de muchas producciones artísticamente notables. No ir a ver una película española o catalana la semana del estreno es casi garantía de no verla nunca, salvo en una sesión de madrugada en la Dos. Pienso que se puede hacer más por fomentar un cine que ha demostrado estar entre los mejores del mundo. Almodovar es muy grande, pero hay también mucha vida a su alrededor.

Depurar responsabilidades hasta el final

No estoy dispuesto como ciudadano a que los últimos asuntos turbios del Partido Popular se ventilen sin más. Me parece de enorme gravedad la trama de espionaje destapada en la comunidad de Madrid. Me parece de lo más ruin y miserable espiar a los adversarios políticos ¡y encima con dinero público!Una fechoría así no puede quedar impune. Animo a que la oposición en la asamblea madrileña haga todo lo posible para continuar las pesquisas. Y acuérdense que la señora Aguirre es hoy presidenta gracias a dos tránsfugas del partido socialista, que supongo que estarán disfrutando de su ilícito enriquecimiento sin que apenas nadie se acuerde de sus nombres.

Sí a més català al cinema

Trobo molt adient la iniciativa del Govern de doblar més pel.lícules al català. És un dels àmbits on la presència de la llengua pròpia és més feble. I trobo també que l’actitud dels distribuïdors, majoritàriament nord-americans, és molt poc sensible amb la realitat catalana. Personalment n’estic tip de tanta prepotència per part d’aquestes grans companyies. Demanem una cosa tan senzilla i comprensible com és poder viure en català a Catalunya. Que vegin la producció catalana “Vicky Cristina Barcelona” i potser descobriran que els catalans som quelcom més que una tribu en vies d’extinció.

“Boom” de la cuina catalana

Benvingut sigui l’esclat de restaurants de cuina catalana tradicional que hi ha darrerament a una ciutat tant “gourmanda” com és Barcelona. No sé si és moda o serà quelcom durador, però, per ventura, cada vegada són més els establiments de la ciutat comtal on es poden degustar plats de la nostra culinària típica amb una bona relació qualitat - preu. Trobo, en aquest sentit, que els catalans no sabem donar a conèixer prou el nostre ric patrimoni gastronòmic.
I no tinc res en contra de la cuina d’autor, m’encanta, però fora bo tastar amb més freqüència la gran simfonia de colors, olors i sabors que ens ofereix el nostre rebost. Del mar a la muntanya, de l’horta al bosc, tenim un producte de primera qualitat i mans sàvies per transformar-ho. Encoratjo per això als grans cuiners catalans a trobar el punt d’equilibri entre una cuina d’avantguarda i el plaer de degustar les excelses creacions de les nostre àvies. I amb el vi, ens passa una cosa semblant. No som prou conscients de les bondats de les nostre elaboracions. No hauria de fer falta que ens ho digués un nord-americà per saber de l’excel.lència de molts del nostres vins.

Rey pusilánime

Me pareció de una factura excelente la serie que Televisión Española emitió sobre el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Magníficas interpretaciones, una cuidada ambientación, una caracterización muy realista. Nueve sobre diez. ¿Y por qué no matrícula?
Porque me pareció demasiado edulcorada la imagen que se transmitía del jefe del Estado. ¿Realmente era necesario dibujar un rey tan almibarado? Creo que no refleja el concepto que la mayoría de españoles tiene de don Juan Carlos. Y no tengo nada en contra de la soberbia interpretación de Lluís Homar. Pero sigo pensando que, quizás por exigencias del guión, vemos a un monarca demasiado pusilánime.
Me llamó también la atención la presencia de tantos actores catalanes. No me extraña, porque somos muy buenos cómicos, pero, ¿esta circunstancia responde a algún motivo en concreto?, ¿hay alguna lectura política detrás de esta hecho?

Nuevas relaciones entre Irán y los Estados Unidos

Me reconforta la nueva etapa de distensión que parece que se está instalando en la siempre complicada relación entre los Estados Unidos e Irán. Por lo menos eso es lo que se deduce de las manifestaciones del presidente norteamericano y de declaraciones públicas de destacadas personalidades del régimen persa, como el presidente del parlamento. La versión de la administración Bush de que el país de los ayatolás es poco menos que el gran Satán, además de no ajustarse a la realidad, es contraproducente para la estabilidad de esa zona tan sensible del planeta.
El mundo occidental y el mundo islámico están condenados a entenderse. Por eso es bueno que iniciativas diplomáticas españolas estén en el corazón de la nueva relación entre Teherán y Occidente. Obviamente, habrá que apoyar desde Occidente todas aquellas alternativas que supongan la democratización y una mayor apertura al exterior del régimen teocrático. Pero respetando las formas y los ritmos inherentes al país. A nadie se le escapa la buena influencia que significa el gobierno turcon para Irán, interlocutor privilegiado de ambos mundos. De ahí que también sea importante la mediación de Ankara en la resolución del conflicto entre israelís y palestinos, la pieza clave de este complicado tablero geoestratégico que es Oriente medio.

La política és la garantia dels més febles

En l’actual context de crisi econòmica mundial s’ha revaloritzat i molt el paper de l’Estat com a garant dels drets dels ciutadans. És clar que des de la política no es poden solucionar tots els problemes que pateix la societat, però ningú no dubta avui que quan les coses van malament la política és l’única arma en mans dels menys afavorits per solucionar les seves dificultats quotidianes. No estem parlant ni de l’Estat liberal ni de l’Estat del Benestar tal com el coneixíem fins fa poc. Estem parlant d’un model incipient d’Estat relacional on la societat civil i el teixit empresarial estableixen múltiples sinergies amb l’administració pública per tal d’aconseguir la satisfacció de l’interès de tots.
Trobo que en l’actual conjuntura s’està actuant correctament des del poders públics per ajudar els que més ho necessiten. No tot han de ser crítiques negatives. Per ventura, podem confiar en un govern que ens ajudarà si les coses no ens van bé. Si més no aquesta és la sensació que tinc. I en aquests temps difícils no és poc.

Bravo Pe

Me he alegrado mucho con la nominación de Penélope Cruz como candidata al Óscar como mejor actriz de reparto. Su categoría artística solo tiene parangón con su belleza inmancillable. Y me alegro doblemente porque lo es por “Vicky Cristina Barcelona”, una excelente película de mi admiradísimo Woody Allen. Realmente es un filme en el que los actores y actrices están ciertamente en estado de gracia (cosa por otra parte habitual cuando dirige Allen). Bardem lo borda. Pero claro, el ya tiene un merecido Óscar por su “papelón” en “No es país para viejos” de los Cohen. Y tanto Rebecca Hall, guapísima, como Scarlet Johanson, sensual, rayan a gran altura. Además que sea una producción de una empresa audiovisual con sede en Catalunya es otro motivo de orgullo. Si no la han visto, véanla, seguro que les encantará.

La crítica a Israel ha de ser más ponderada

No pertenezco ni mucho menos al “lobby” sionista catalán (dicho con todos los respetos), pero soy de los que opinan que se están cargando demasiado las tintas periodísticas y de la opinión pública contra Israel. Partiendo de la premisa de que la única solución al conflicto pasa por la creación de un Estado palestino y por su convivencia pacífica con otro hebreo, creo que es excesivo presentar a los judíos como poco más o menos que los continuadores naturales del holocausto. Y hay gente que está en esa tesitura.
Todos lamentamos las muertes de niños e inocentes. Pero no podemos ponernos una venda anta la realidad. De entrada, hay que señalar que el origen de las actuales hostilidades son los ataques de Hamas a la población civil del sur de Israel. No lo dice Olmert, lo dice el propio ministro de asuntos exteriores palestino. Es un hecho incuestionable. Y, por otra parte no podemos perder la perspectiva de que Hamas es una organización terrorista que no duda en utilizar a sus propios compatriotas como escudos humanos o provocar el terror con un atentado suicida siempre que puede. No caigamos en el maniqueísmo fácil y en lo políticamente correcto.