dilluns, 22 de setembre del 2008

Allen, el genio


Nunca hubiera imaginado, ni en el mejor de mis sueños, que mi idolatrado Woody Allen rodaría una película en Barcelona. Para mi, que he visto, escuchado y leído bastante, no ha habido en los dos últimos siglos cineasta, dramaturgo, novelista o músico en el mundo que haya reflejado tan bien la condición humana como él. Y además tan prolífico. Él es único judío que puede hacer chistes de nazis sin que nadie se ofenda. El creador que mejor ha retratado las bondades y miserias del sexo masculino. El que ha sabido desmitificar como nadie los tabús del sexo y diseccionar con precisión de cirujano lo difícil que es la convivencia en pareja. Y el que nos ha redimido de la terrible herencia del sentimiento de culpa judeo-cristiano,y nos ha enseñado que Nueva York es la capital de Europa.
“Vicky Cristina Barcelona” es una excelente postal de Barcelona. Como la que Allen hizo hace casi tres décadas de Manhattan, pero, esta vez, con colores mediterráneos. No sé cómo lo consigue, pero siempre saca el máximo rendimiento de los actores.
Y con su película barcelonesa demuestra que sigue siendo el mejor director de cine vivo. Por su tremendo ingenio para hacer verosímiles situaciones insólitas. Por unos diálogos que siguen siendo un modelo de escritura cinematográfica. Porque sabe escoger la mejor música para ambientar sus películas. Por enseñarnos a gozar de los placeres de la vida, que no es poco.
Gracias a Woody Allen por hacernos un poco más felices y gracias a Jaume Roures y a Mediapro por haber sabido hacer el sueño realidad.