
Una de las cosas más graciosas que le puede pasar a un periodista es traspasar la barrera de la noticia y ser uno el entrevistado. En mis muchos años de cargo público hube de atender en muchas ocasiones a los medios de comunicación. Y siempre sentía una sensación extraña. Como si mi sitito estuviera al otro lado del micrófono o de la cámara. Hacia tiempo que no hacía declaraciones y el viernes salieron unas en El Far del Llobregat. Sigo con el mismo sentimiento de extrañeza.
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