dijous, 12 de febrer del 2009

Nuevas relaciones entre Irán y los Estados Unidos


Me reconforta la nueva etapa de distensión que parece que se está instalando en la siempre complicada relación entre los Estados Unidos e Irán. Por lo menos eso es lo que se deduce de las manifestaciones del presidente norteamericano y de declaraciones públicas de destacadas personalidades del régimen persa, como el presidente del parlamento. La versión de la administración Bush de que el país de los ayatolás es poco menos que el gran Satán, además de no ajustarse a la realidad, es contraproducente para la estabilidad de esa zona tan sensible del planeta.
El mundo occidental y el mundo islámico están condenados a entenderse. Por eso es bueno que iniciativas diplomáticas españolas estén en el corazón de la nueva relación entre Teherán y Occidente. Obviamente, habrá que apoyar desde Occidente todas aquellas alternativas que supongan la democratización y una mayor apertura al exterior del régimen teocrático. Pero respetando las formas y los ritmos inherentes al país. A nadie se le escapa la buena influencia que significa el gobierno turcon para Irán, interlocutor privilegiado de ambos mundos. De ahí que también sea importante la mediación de Ankara en la resolución del conflicto entre israelís y palestinos, la pieza clave de este complicado tablero geoestratégico que es Oriente medio.