Por motivos profesionales he sido viajero del tren de Renfe que va de Barcelona a Tortosa. Dos horas y media largas hasta llegar a destino. La verdad es que en algún momento pensé que viajaba en un ferrocarril de la Índia, dado que la velocidad que llevábamos debía ser similar y que alguna bella postal del trayecto me evocaba el verde luminoso del subcontinente indio. Por lo que me consta, un viaje en tren, por ejemplo, a Figueres supone también una excursión de larga duración. Se habla mucho de las cercanías y de la alta velocidad, pero es necesario apostar también por los trenes regionales si queremos un país bien tramado y comunicado. Y más cuando los precios de los pisos “expulsan” a muchos jóvenes del área metropolitana de Barcelona hacia ciudades de la segunda corona pero siguen conservando su trabajo en la metrópoli.
Me consta que el Govern de la Generalitat tiene planes al respecto y espero que se aceleren. Esta inversión necesaria en media distancia, no ha de ir en detrimento de las cercanías.
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