dijous, 5 de juny del 2008

Democracia y moderación


Por desgracia, las batallas políticas internas suelen ser más personalistas que ideológicas. Es el caso de ERC. Con independentistas como estos difícilmente Catalunya será algún día independiente. Qué poco nivel, qué debate más pobre. Hay fuerzas políticas que gobiernan, pero que desde luego estarían mucho más cómodas haciendo una oposición testimonial y de cara a su galería.
La pugna en el Partido Popular sí que tiene en cambio tintes de choque de concepciones políticas. Para el electorado progresista, mayoritario actualmente en España, puede que le vaya bien una derecha cainita y escorada hacia posiciones extremistas. Pero la democracia española no puede permitirse cuatro años más de ruido mediático y confrontación estéril. En política, las formas son también el fondo. Y a España le conviene un partido conservador, centrado, moderado, dialogante. El éxito de la transición se debió en buena medida a la voluntad de una generación de políticos salidos del franquismo por conseguir para nuestro país un verdadero sistema de derechos y libertades. No quitemos mérito a Suárez y a la UCD.
Porque en democracia es necesario que los dos grandes partidos del arco político se entiendan en cuestiones capitales para el país. José Luis Rodríguez Zapatero ha demostrado con creces su sincera voluntad de pacto. Creo que el señor Rajoy se encuentra en la misma tesitura. No es que fuera bueno, es que es imprescindible llegar a pactos de Estado en materia de política antiterrorista, organización territorial, inmigración o educación, por ejemplo. Menos Losantos y más Gallardón. Estos dos personajes de la vida pública simbolizan muy bien la pugna que se está dirimiendo en las filas conservadoras. Y lo que es deseable para España es válido también para Catalunya. El president Montilla ha dejado clara más de una vez su predisposición a llegar a acuerdos con el primer partido de la oposición. Espero que CiU tenga la altura de miras necesaria para pensar en los intereses del país y olvidarse del tacticismo a corto plazo.